Existe un nombre en la ciudad cuya sola pronunciación invita a la reverencia. Así lo atestigua la nómina de actores y directores que tuvieron el privilegio de conocer a Ángeles Rubio Argüelles, condesa de Berlanga de Duero y, sobre todo, promotora de una iniciativa teatral que removió la escena malagueña en una época poco propicia para la farándula. Creadora del Teatro Escuela ARA, logró que en los 60, por las piedras del Teatro Romano, revivieran los clásicos gracias a su labor como directora y dramaturga.
Escritora, historiadora, investigadora y de una personalidad fascinante, publicó varias novelas y libros de investigación histórica: Rey del desierto, Reportero en peligro, Pequeña historia de Málaga en el siglo XVIII y otros.
Por sus manos docentes pasaron Antonio Banderas, Raúl Sénder, Fiorella Faltoyano, Tito Valverde y una extensa lista de artistas agradecidos a sus más de veinte años de entrega como mecenas de la profesión.
Uno de los textos más polémicos en escena fue Lex Flavia Malacitana, un musical que parodiaba a los ediles de la época romana en relación con acontecimientos de los 60, y con música del maestro Moraleda.
Murió en 1984, recibiendo a título póstumo la medalla de oro de la ciudad y el nombramiento de Hija Predilecta.