Eleanor Roosevelt, una mujer para el pueblo
Anna Eleanor Roosevelt nació el 11 de octubre 1884 en Nueva York, Estados Unidos.
Su padre, Elliot Roosevelt, padeció de alcoholismo agudo y adicción a los narcóticos, tal vez como resultado de una enfermedad nerviosa que se manifestó cuando era joven. Por curiosidades de la vida, fue el padrino de un niño que años más tarde se convertiría en su yerno, Franklin Delano Roosevelt. Durante un viaje al extranjero, Elliot tuvo que ser hospitalizado en Francia debido a su problema, y hacia 1891, su hermano Theodore Roosevelt, que llegaría a ser presidente de los Estados Unidos diez años después, lo internó en un centro de Illinois para ser tratado de su adicción al alcohol.
La madre de Eleanor, Anna Rebecca Hall, fue una figura prominente entre la élite social de Nueva York, y siempre destacó por su honestidad. Murió cuando Eleanor tenía tan solo ocho años de edad. La niña quedó huérfana a los nueve, al morir poco después su padre. Desde ese momento vivió bajo la tutela de su abuela materna, una mujer formidable que vivía en el valle del río Hudson.
Educación
Eleanor recibió clases particulares, aproximadamente durante un año, de Frederic Roser, que enseñaba gramática, aritmética, poesía y literatura inglesa a los niños de las familias ricas de Nueva York.
Cuando su padre ingresó en un hospital francés para recibir tratamiento después de sufrir una crisis debida a su adicción al alcohol, su madre cayó en una profunda depresión e, incapaz de hacer frente a este problema, internó a su hija Eleanor en un colegio de monjas, pero poco se sabe de la educación que recibió en este centro.
La Academia Allenswood, en Londres, estaba dirigida por Marie Souvestre cuando Eleanor Roosevelt ingresó en 1898; más tarde la identificaría como la primera gran influencia en su desarrollo educativo y emocional. Allí aprendió francés, alemán, italiano, literatura inglesa, composición, música, dibujo, pintura y danza. Aunque la escuela no ofrecía clases de historia, geografía y filosofía, Marie Souvestre dirigía de manera privada a Eleanor en estos estudios. Esta profesora la consideró más una compañera de viaje que una alumna a través de Francia e Italia durante los descansos de vacaciones escolares, y abrió nuevos mundos a su joven estudiante, mostrándole las zonas pobres de la clase obrera, lejos de los lugares turísticos típicos. La maestra abrazaba abiertamente opiniones políticas que desafiaban el statu quo de su momento, así como la defensa de los derechos de la clase trabajadora, una actitud que daría forma en gran medida al activismo posterior de Eleanor.
Eleanor Roosevelt recordaría más tarde sus tres años en la Academia Allenswood como «los años más felices de mi vida». Sin embargo, siempre constituyó un pesar para ella el no haber recibido una educación universitaria.
Ocupaciones antes de casarse
A pesar de ceder ante su abuela, que a su regreso a Estados Unidos la presentó en sociedad, Eleanor se convirtió en un activo miembro del movimiento para la reforma social. Esta actividad estuvo muy influenciada por el ejemplo reformista de quien era en aquel momento presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt. Eleanor pudo comprobar el poder de la reforma política organizada y el proceso necesario para lograr legalmente prácticas laborales justas.
Aunque Eleanor no estaba interesada en llevar la vida social que su abuela y otros familiares esperaban de ella, encontró en su círculo elitista a otras mujeres que, como ella, estaban preocupadas por mejorar la vida de los muchos trabajadores que vivían en condiciones deplorables.
Algunas debutantes de la alta sociedad neoyorquina se unieron para crear una organización llamada «Junior League» y crearon un centro de atención para la clase trabajadora, compuesta en su mayoría por inmigrantes, mediante la enseñanza de habilidades y lecciones útiles para salvaguardar su propio bienestar.
Eleanor también formó parte de la «Consumer´s league». Su trabajo consistía en visitar los apartamentos donde los trabajadores vivían y trabajaban en condiciones peligrosas e insalubres en talleres clandestinos. En uno de estos, por ejemplo, debían hacer miles de pequeñas flores artificiales que después adornarían sombreros, pero eran pagados con tan poco dinero que estos trabajadores permanecían en la pobreza extrema. También ayudó a crear y difundir la publicidad en forma de cartas abiertas a periódicos, comunicados de prensa y otras formas de información a los medios sobre la campaña «White Label» de la Liga del Consumidor. El White Label del consumidor era un respaldo dado a los fabricantes de productos que se elaboraban bajo ciertas condiciones de trabajo, tales como la eliminación de las horas extraordinarias no remuneradas y la no contratación de trabajadores menores de dieciséis años.
Durante un viaje en tren a casa de su abuela materna, mantuvo una interesante conversación con un compañero de viaje, su primo lejano Franklin Delano Roosevelt, estudiante de la Universidad de Harvard. A partir de aquel momento iniciaron una relación secreta que les llevó a comprometerse, aunque la madre de Franklin creía que eran muy jóvenes para casarse. Finalmente, Sara Roosevelt concedió su permiso para el matrimonio.
A los veinte años, Eleanor es llevada al altar por su tío, el presidente Theodore Roosevelt, y contrae matrimonio con el también joven de veintidós años Franklin Delano Roosevelt, un día de San Patricio, en la ciudad de Nueva York. De esta unión nacieron una hija y cinco hijos, uno de los cuales murió a la edad de tres años.
Después de casada
Anna Eleanor apoyó a su marido después de graduarse en la Universidad de Harvard en 1906, durante dos años de estudio en la Escuela de Derecho de Columbia más tarde y en el empleo como abogado en Wall Street, en la ciudad de Nueva York. Franklin Delano fue elegido dos veces para el Senado por el Estado de Nueva York, como representante del condado de Dutchess.
Después de mudarse a la capital del Estado de Albany, Eleanor Roosevelt comenzó a asistir a las sesiones legislativas y a desarrollar su interés en la política.
Bajo la administración de Woodrow Wilson, Franklin Delano Roosevelt fue nombrado Secretario Auxiliar de la Marina (1913-1920). Eleanor cumplió con las obligaciones sociales que correspondían a las esposas de los funcionarios. Entre estas, aceptó la invitación de la primera dama, Ellen Wilson, para recorrer las viviendas en deplorables condiciones de la clase baja de la capital, Washington DC, en gran parte afroamericana, con la intención de conseguir demoler estas casas en estado penoso e insalubre y construir unas nuevas mediante un proyecto de ley en el Congreso. Los esfuerzos para reubicar a las personas desplazadas en viviendas permanentes fueron aplazados por la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial.
Primera Guerra Mundial
Como esposa de un miembro destacado del Gabinete de Guerra, Eleanor Roosevelt asumió varios puestos de trabajo voluntario en Washington DC.
Colaboró con dos organizaciones privadas que asumieron un papel casi gubernamental en la atención a los marinos en particular y a todos los militares en general; una era la Sociedad de Socorro de la Marina de Guerra, y la otra, la Cruz Roja Americana. Además del trabajo tradicional de recaudación de fondos, Eleanor Roosevelt se unió a otras esposas en la atención a los miles de soldados que salían de Union Station, en Washington, hacia el frente europeo, donde repartían café y bocadillos.
Posteriormente, fue requerida por un capellán de la Armada para proporcionar apoyo emocional y dar testimonio de las deplorables condiciones de los marineros que regresaban de la guerra con graves problemas de salud mental, y que estaban alojados en el Hospital St. Elizabeth. Ella comprobó las condiciones y encontró que los cuidados carecían de profesionalidad y de suministros adecuados. Eleanor Roosevelt requirió con éxito al secretario del Interior del Gobierno de Wilson para que se crease una comisión que llevara a cabo una investigación con la intención de mejorar los servicios de las instalaciones. El informe de la comisión pidió al Congreso que aumentara el presupuesto del hospital y brindara la atención necesaria.
Al término de la Primera Guerra Mundial, Eleanor Roosevelt trabajó brevemente como traductora voluntaria de francés para el Congreso Internacional de la Mujer Trabajadora, cuando se reunió en Washington DC en 1919.
La elección presidencial de 1920
Cuando Franklin D. Roosevelt fue nominado como el candidato a la vicepresidencia por la candidatura demócrata en 1920, Eleanor Roosevelt se hizo amiga de su consejero y secretario de prensa, el periodista Louis Howe. Fue Howe quien introdujo a Eleanor Roosevelt en las profundidades de las maquinaciones de una campaña presidencial, y compartía con ella el proceso de revisión de los discursos y declaraciones de los candidatos.
Ese año, el partido republicano ganó la presidencia y Franklin Delano y Eleanor Roosevelt regresaron a su hogar en Hyde Park, donde Franklin reanudó su carrera legal.
La década de 1920
Cuando Franklin D. Roosevelt contrajo una parálisis infantil en 1921, Eleanor se hizo cargo de su atención médica inicial y animó su esfuerzo por buscar diversos tratamientos, aunque fue honesta al negar que algún día él recobraría su movilidad. Sin embargo, le apoyó en sus intenciones de volver algún día a la política nacional.
Mientras buscaba un tratamiento más específico en Warm Springs, Georgia, Franklin Roosevelt encontró apoyo en la amigable compañía de una de sus secretarias de la campaña de 1920, Marguerite «Missy» LeHand. Ella asumió muchas de las responsabilidades tradicionales de la esposa de un funcionario (emisión de cheques, entretener a los invitados, la administración del hogar…) Al hacerlo, LeHand inadvertidamente liberó a Eleanor Roosevelt de algunas obligaciones y le permitió tener tiempo para seguir una carrera cada vez más independiente en las políticas de reformas, en sus escritos, en la enseñanza, en el cultivo de nuevas amistades y en otras actividades tanto profesionales como personales.
Ejerció cargos directivos en innumerables asociaciones, la mayoría de índole social, en las cuales se reivindicaban los derechos de los trabajadores en general, y en especial de mujeres y niños. Dentro de estas organizaciones desarrolló su amor por la escritura, la expresión oral y sus dotes organizativas.
Entre 1924 y 1928 formó parte de la junta directiva de The Women’s City Club de Nueva York, de la que fue vicepresidenta y presidenta de finanzas. Era una organización que mantenía a las mujeres informadas de las cuestiones políticas del momento y ofrecía una red de mujeres profesionales.
Ella se convirtió en la voz del club. Inició su propia carrera en la radio, con emisiones destinadas a hacer que las mujeres fueran informadas sobre cuestiones políticas actuales que les afectaban, sobre asuntos públicos como pedir vivienda digna para personas con bajos ingresos, el acceso a la información sobre control de natalidad para las mujeres casadas, la regulación del trabajo infantil, la compensación de los trabajadores y las medidas de protección para las mujeres que trabajaban. Su ocupación en estas labores la ayudó a desarrollar su propia organización, su manera de escribir y su expresión oral.
Fue educadora, y en su papel como primera dama del gobernador de Nueva York, también fue inspectora de colegios, orfanatos y hospitales.
Fue primera dama a los cuarenta y ocho años, desde el 4 de marzo de 1933 hasta el 12 de abril de 1945.
Ninguna esposa presidencial sirvió como primera dama durante un período tan largo como lo hizo Eleanor Roosevelt (más de doce años), ni ninguna primera dama lo hizo como ella en dos eventos traumáticos a nivel nacional, siendo primera dama en la Casa Blanca durante la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Algo único en su mandato fue el hecho de que el presidente estuvo limitado físicamente por su condición de enfermo de polio. Por lo tanto, aparte de encontrar una manera de integrar sus propios intereses y experiencias profesionales en la función pública de la primera dama, asumió la gestión tradicional de funcionamiento de la mansión e intervino en la política social.
Eleanor Roosevelt trabajó en estrecha colaboración con el presidente como representante oficial de la Administración y en cuestiones relacionadas con la política. Como actitud general, Eleanor Roosevelt ignoró las frecuentes críticas si ello ayudaba a alcanzar sus metas o los objetivos de la Administración con los que estaba de acuerdo.
Cambió la percepción de lo que hasta entonces se entendía por el papel de la primera dama, pues siguió con su trabajo en la radio, como redactora de artículos periodísticos, como oradora y como personaje mediático en su intento de acercar la política y la administración al pueblo americano.
Apoyó a su marido en dos de los momentos más difíciles de la historia de los EE.UU. El primero, llamado el New Deal (literalmente en castellano, «Nuevo trato»), es el nombre dado por el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt a su política intervencionista, puesta en marcha para luchar contra los efectos de la Gran Depresión en Estados Unidos. Este programa se desarrolló entre 1933 y 1938 con el objetivo de sostener a las capas más pobres de la población, reformar los mercados financieros y dinamizar una economía estadounidense herida desde el crac del 29 por el desempleo y las quiebras en cadena. Eleanor Roosevelt tomó un interés activo en este tema y su enfoque se basó en sus experiencias reformistas. Sus esfuerzos se centraron en la prestación de ayuda inmediata y alivió a los ciudadanos que se encontraban desamparados, hambrientos y desempleados.
Eleanor mantuvo su interés general en todo el New Deal, al servir como un enlace entre los ciudadanos que necesitaban ayuda y los mejores programas para responder a sus necesidades. Aquellos a los que más a menudo dio un trato igual y justo fue a las mujeres, a los afroamericanos, a los jóvenes y a los mineros del carbón. Por último, Eleanor Roosevelt no creía que la intervención del Gobierno fuera el único medio para paliar los efectos de la Gran Depresión y apoyó a numerosas organizaciones benéficas privadas.
El segundo momento en el que se vio su valía como mujer de Estado fue durante la Segunda Guerra Mundial.
Eleanor Roosevelt se convertiría en un símbolo importante durante este enfrentamiento, ya fuera como madre de cuatro hijos que eran militares activos o poniendo a la Casa Blanca bajo el sistema de racionamiento de alimentos y gas como el resto del país.
Participó en los simulacros de ataques aéreos. Con ello se aseguró de que la vida en la Casa Blanca fuera un reflejo de lo que sufría la población en general.
Ella hizo frecuentes llamamientos a través de la radio pidiendo donaciones de dinero y sangre para la Cruz Roja.También reflejó el trabajo de las mujeres durante la guerra, sobre todo en las fábricas, pues los hombres que realizaban esta labor se encontraban ahora sirviendo en el frente.
A lo largo de la guerra, en sus declaraciones y escritos, ella subrayó continuamente la importancia de la democracia como fuerza motriz para aceptar estos sacrificios. En períodos tanto de preguerra como de la guerra, habló en un lenguaje duro contra la tiranía del fascismo.
Su papel como primera dama fue de gran ayuda a gran cantidad de refugiados europeos, en su mayoría judíos que huían de la Alemania nazi y que, gracias a la intervención de Eleanor, lograron refugio en los Estados Unidos.
Además, se opuso abiertamente a la política de la administración Roosevelt de creación de campos de internamiento para los japoneses que vivían en EE.UU.
También luchó para que las fuerzas armadas estadounidenses fueran desagregadas y alertó de la discriminación a la que algunos soldados negros eran sometidos. Habló de muchas maneras para demostrar la igual competencia y valentía de estos soldados. Fue importante su aparición en un viaje en avión conducido por pilotos negros.
Su vida después de la Casa Blanca
El 12 de abril de 1945, Anna Eleanor Roosevelt estaba en Washington D.C. cuando fue informada de la muerte de su marido, Franklin Delano Roosevelt, y de inmediato llamó al entonces vicepresidente, Harry Truman, para darle la noticia del fallecimiento del presidente. Truman, conmocionado, le preguntó a ella si podía ayudarla, a lo que Eleanor le contestó: «No hay nada en lo que puedas ayudarme, eres tú quien está en problemas», y entonces Truman, todavía impresionado, tuvo que asumir de improviso el cargo de presidente de Estados Unidos. Inmediatamente, Eleanor Roosevelt viajó a Warm Springs (Georgia) para llevar de vuelta los restos mortales de su esposo a Washington y finalmente a Nueva York, donde sería enterrado.
Eleanor Roosevelt aceptó el nombramiento del presidente Harry Truman para servir como la única mujer entre los cinco delegados de EE.UU. ante las Naciones Unidas, organización recién creada en diciembre de 1945, por su dedicación demostrada a la causa de la paz mundial. Ella estuvo presente en la histórica primera reunión de la institución en Londres, en enero de 1946, y participó activamente en la formulación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, refiriéndose a ella como la Carta Magna de la Humanidad.
Continuó participando activamente en la vida política de su país hasta su muerte, el 7 de noviembre de 1962, siendo enterrada en Hyde Park.
Es considerada una de las primeras damas más populares de Estados Unidos.