M.ª Isabel Carvajal Quesada, conocida como Carmen Lyra, nació en Costa Rica en 1887 y durante toda su vida dedicó su energía a la formación de las personas y a la lucha por los derechos sociales y políticos, fueran de niños, mujeres o desposeídos. La huella de su labor queda patente en la mejora de las leyes sociales.
Carmen Lyra, una escritora comprometida con los derechos
«Deben desarrollarse los conceptos con bases científicas, donde en realidad se sepa el cómo y porqué de las situaciones que constantemente se presentan en nuestra vida».
M.ª Isabel Carvajal Quesada, conocida como Carmen Lyra, nació en San José (Costa Rica) el 15 de enero de 1887 y murió exiliada en México el 14 de mayo de 1949.
En 1912 fundó el Centro Germinal junto con don Omar Dengo y Rómulo Tovar. Este centro se dedicó al estudio y divulgación de los problemas políticos, sociales y económicos que afectaron la vida de Costa Rica. También se utilizó para alfabetizar a la clase trabajadora (agricultores, obreros).
En 1919 lideró una manifestación de protesta de maestros contra la Dictadura de los Tinoco, con la cual se aceleró el fin de dicha dictadura.
En 1920 recogería veintitrés relatos de la tradición popular en su obra magna: Cuentos de mi tía Panchita, que la inmortalizaría en la literatura costarricense.
En 1921 se convirtió en la primera catedrática de Literatura Infantil en la Escuela Normal de Costa Rica.
Para ella, todo proyecto educativo estaba ligado a un proyecto ideológico-político y viceversa. Por eso, desde las aulas impulsaba la participación femenina en todos los ámbitos de la vida.
Introdujo la educación ambiental en las aulas, organizando actividades con las que formar y reforzar una mentalidad ecológica en las personas, comenzando por sus estudiantes.
Trabajó en la Biblioteca Nacional y en el Patronato Nacional de la Infancia, el cual ayudó a crear.
En 1923 volvió a dirigir la revista San Selerín (primer periódico infantil en Costa Rica), que ella había fundado con Lilia González en 1912; la revista Renovación (artística y pedagógica), donde publicó una serie de artículos periodísticos y de cuentos; y la revista El Maestro, desde 1926 a 1929.
En 1926 fundó con Luisa González y Margarita Castro la primera Escuela Maternal Montessoriana para la enseñanza preescolar de niños de escasos recursos en San José. En dicho centro se luchó por la integridad del niño como persona, se mostró una gran preocupación por su alimentación, su instrucción, sus ideales y su vida en general, pues para ella, en Preescolar era donde se empezaba a fraguar la formación de los ciudadanos, ligándola de forma científica con la realidad y continuando con la formación que se les daba en la familia para que se pudiese construir una patria digna.
Introdujo y aplicó el concepto de comedor escolar como parte de una formación integral, que incluye hábitos alimentarios e higiénicos, porque un desarrollo normal de las capacidades físicas y mentales se logra si el ser humano goza de una adecuada alimentación.
Impulsó la creación de casas cuna atendidas por maestras, para que las madres pudiesen incorporarse al mercado laboral costarricense.
En 1931 entró a formar parte de la dirección intelectual del Partido Comunista.
En este año formó con Luisa González el Sindicato Único de Mujeres Trabajadoras. Fue desde este sindicato desde donde participó activamente en la lucha por la igualdad real en las condiciones laborales de la mujer costarricense y por el derecho del voto para la mujer. También luchó por los derechos de los desposeídos, al proponer una ley de casas baratas.
Fue la primera en escribir textos narrativos con carácter de denuncia social en Costa Rica. En estos relatos se demuestra que sus personajes, víctimas del destino en una sociedad que los oprime, al final de los acontecimientos y las acciones salen victoriosos con el uso de su astucia.
En 1933 publica Bananos y hombres, un relato de denuncia social sobre la industria bananera, y El grano de oro y el peón, sobre la industria del café en Costa Rica.
En 1936 fundó la Organización de Maestros Costarricenses. Para ella, era necesario investigar y reforzar las prácticas pedagógicas con un sistemático trabajo intelectual fuera de las aulas.
Por eso, convirtió su casa en universidad abierta para todos aquellos que desearan confrontar ideas y crecer como seres humanos en esas jornadas de reflexión ciudadana y pedagógica.
Por toda su obra y contribución a Costa Rica, la Asamblea Legislativa la nombró «Benemérita de la Cultura Nacional» por Decreto N.º 1679 de 28 de julio de 1976.
Por tanto, en las siguientes leyes (la de Igualdad de Oportunidades, la del Acoso en el Empleo y la Docencia, la de Violencia Doméstica, la de Paternidad Responsable), está presente el espíritu crítico-constructivo de Carmen Lyra, pues de modo precoz, esos fueron sus ideales cuando se introdujo en la vida social y política de Costa Rica.
Bibliografía
http://elespiritudel48.org/reseña-biografica-de-maria-isabel-carvajal-carmen-lyra. http://es.wikipedia.org/wiki/Carmen-Lyra.
http://www.anep.org.cr/article/carmen-lyra-aportes-a-la-sociedad-costarricense-y-a-la-educacion.