Clara Rockmore fue una precursora de la música electrónica. Sus facultades de niña prodigio tocando el violín se vieron mermadas por una enfermedad, pero pudo plasmar toda su sensibilidad artística con el theremín, un instrumento que suena sin necesidad de tocarlo físicamente. Sus interpretaciones, llenas de sensibilidad y delicadeza, se acercan más a la música clásica que a la música electrónica posterior.
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Clara (Reisenberg) Rockmore nació en el seno de una familia de origen judío el 9 de marzo de 1911, en Vilna (Lituania). Fue una virtuosa de la música, que destacó como intérprete del theremín(1). Desarrolló una técnica para tocar este instrumento que incluía un sistema de posicionamiento de los dedos.
Ingresó en el Conservatorio de San Petersburgo a la edad de cinco años, convirtiéndose en la alumna más joven jamás admitida en dicha institución. Fue una niña prodigio. Tenía todas las cualidades necesarias para pasar a la historia como una virtuosa del violín, pero una enfermedad ósea derivada de su desnutrición infantil la obligó a alejarse del que hasta ese momento era su instrumento favorito. Fue, en sus propias palabras, «una tragedia». Pero esa separación forzosa no provocó que se alejase de la música, más bien todo lo contrario, ya que la hizo conocer y dominar el theremín, al que entregó su vida y con el que Clara Rockmore, apellido que tomó al casarse con el abogado Robert Rockmore, pasó a ser conocida como la precursora de la música electrónica.
Los caminos de Léon Theremin y Clara, que tenía entonces diecisiete años, se cruzaron a finales de 1928 en la ciudad de Nueva York. El científico ruso presentaba en sociedad el theremín y la joven se quedó intrigada desde el primer momento con el funcionamiento del curioso aparato. El inventor le dio a la joven la oportunidad de interactuar con el instrumento y ella comenzó a tocarlo –según recogen las crónicas de la época– con una sensibilidad y precisión propias de alguien que lo hubiera estado haciendo toda la vida. Ese momento cambió para siempre su trayectoria y, en parte, también la del instrumento. Sus estudios musicales previos, unidos al oído privilegiado de Clara, ayudaron a Léon Theremin a desarrollar y perfeccionar su invento. Entre las modificaciones más importantes derivadas de la colaboración de ambos destacan la ampliación del rango de octavas de 3 a 5, algo que ayudó a la joven a interpretar piezas más rápidas, con mayor precisión y mejor control del volumen y el tono.
Sin haber recibido ninguna noción de cómo interpretar el theremín, Clara Rockmore logró elaborar su propio método de ejecución, llegando a alcanzar un grado de fusión con el instrumento reservado solo a pianistas o violinistas hasta ese
momento, y centró todos sus esfuerzos en conseguir llevar el theremín a la altura de cualquier instrumento clásico. Para ello no dudó en interpretar piezas de ilustres y reconocidos compositores como Bach, Chopin, Schubert o Saint-Saëns, ya que consideraba que el theremín era un instrumento melódico y que los compositores de su época estaban «más interesados en escribir obras llenas de efectos y ruidos antes que melodías». A diferencia de los músicos que aprovecharon el timbre del theremín para crear efectos sonoros inquietantes o alucinantes, Clara creía en su uso en la música clásica y lo tocaba de forma que sonaba parecido a un violín o a la voz humana.
A pesar de tratarse de uno de los instrumentos más difíciles de tocar, ya que no tiene referencias en las que afinarlo, Clara Rockmore logró dominarlo a la perfección y abrir el camino para convertirlo en el pionero de la música moderna. A partir de la década de los 30, Clara se dedicó a dignificar el theremín mostrando al mundo todo lo que se podía hacer con él. Actuó con las orquestas filarmónicas de Nueva York, Filadelfia y Toronto, pero esperó hasta 1977, con sesenta y seis años, para grabar su primer disco: El arte del theremín. Sin embargo, a pesar de su fidelidad hacia el instrumento, no consiguió evitar que, con el paso del tiempo, el theremín quedase relegado a mero productor de efectos sonoros de películas. Los amantes del cine no habrán olvidado la lisérgica música que sonaba en Recuerda, de Alfred Hitchcock, cada vez que el personaje interpretado por Gregory Peck se sumergía en unos raros pensamientos tras ver el color blanco.
Con la llegada del sintetizador de Robert Moog, el theremín pasó a un segundo plano hasta que, en los años noventa, revivió en una segunda juventud gracias al documental Theremin: An electronic odyssey, que lo acercó a muchos músicos y grupos de la época, como los Rolling Stones o Led Zeppelin, que se arriesgaron a introducirlo en sus composiciones. Los aficionados a la música conocerán, sin duda, la envolvente canción «Whole Lotta Love», de Led Zeppelin; la buenrrollista «Good Vibrations», de los Beach Boys; o los álbumes Between the Buttons y Their Satanic Majesties Request, de los Rolling Stones. Pocos sabrán, en cambio, que estos creadores deben mucho a Clara Rockmore, sin cuya labor este instrumento no habría llegado a ser tan conocido.
Clara falleció en Nueva York el 10 de mayo de 1998, a los ochenta y siete años, tras un año de enfermedad. Fue la primera gran virtuosa de la música de la era electrónica, y es por ello todavía más trascendente su aportación desde los años 30. Considerada la mejor thereminista de todos los tiempos, supo encontrar un método de ejecución para este nuevo instrumento y lo desarrolló hasta el punto de convertirlo en el modo clásico de interpretarlo. Desde entonces, ninguno de los intérpretes que ha habido del theremín ha logrado adoptar una pose tan elegante, de tal complicidad con el instrumento, de simbiosis instrumento-intérprete, hasta ese momento una característica solo reservada a pianistas o violinistas. Por primera vez un instrumento electrónico poseía características sonoras y estéticas que solo tenían los instrumentos acústicos. Por fin la música electrónica había encontrado a su primera gran dama, a su primera gran diva.
Bibliografía:
https://es.wikipedia.org/wiki/Clara_Rockmore
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/informacion/2016/03/08/clara-rockmore-virtuosa-theremin-creo-musica-electronica/00031457465954163268484.htm
https://elpais.com/cultura/2016/03/09/actualidad/1457510006_207057.html
https://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%A9on_Theremin
https://es.wikipedia.org/wiki/Therem%C3%ADn
(1) El theremín es uno de los primeros instrumentos musicales electrónicos, que se controla sin necesidad de contacto físico del intérprete con el instrumento. Su nombre deriva del nombre de su inventor, el ruso Léon Theremin, que lo desarrolló en 1920.
El instrumento está formado por dos antenas metálicas que detectan la posición relativa de las manos del thereminista y los osciladores para controlar la frecuencia con una mano y la amplitud (volumen) con la otra. Las señales eléctricas del theremín se amplifican y se envían a un altavoz.
El theremín fue incluido en bandas sonoras de películas como Recuerda y Días sin huella, compuestas por Miklós Rózsa, así como en Ultimátum a la Tierra, de Bernard Herrmann. También se ha utilizado en temas para programas de televisión como la serie de ITV Los asesinatos de Midsomer. Esto ha llevado a su asociación con situaciones inquietantes. Asimismo, este instrumento se emplea en música clásica, especialmente en música experimental y en música clásica contemporánea de los siglos XX y XXI; así como en géneros de música popular como el rock.
Ver: https://www.youtube.com/watch?v=kdiH1ngP8k8