Keiko Fukuda

«Sé fuerte, gentil y bella en mente, cuerpo y espíritu».

Keiko Fukuda nació el 12 de abril de 1913 en Tokio. Su padre falleció cuando ella era muy joven. En su juventud estudió las artes de la caligrafía (Shodo), el arreglo floral (ikebana) y la ceremonia del té (Chado), que eran actividades típicas para las mujeres en aquellos tiempos. Pero también obtuvo la licenciatura en literatura japonesa de la Universidad Showa de la Mujer. A pesar de su educación tradicional, Fukuda se sintió atraída por el judo.

Su abuelo, Fukuda Hachinosuke, maestro samurái y de jujitsu, tuvo como discípulo a Jigoro Kano, quien fundó el arte marcial del judo y la escuela Kodokan. Kano Sensei comenzó formalmente la Joshi-bu (sección femenina) de Kodokan en 1926. Fue este quien personalmente invitó a la joven Fukuda a estudiar judo, un gesto inusual en ese momento, como un símbolo de respeto por su abuelo. Ella decidió comenzar a entrenar unos meses más tarde, en 1935. Tanto su madre como su hermano apoyaron esta decisión, pensando que Fukuda eventualmente se casaría con uno de los estudiantes. Pero no fue así, sino que se convirtió en una de las veinticuatro mujeres que entrenaban en el Kodokan en ese momento y en maestra de este arte. Keiko Fukuda fue la primera mujer en conseguir el 5.º dan Kodokan en Japón en 1951.

Kano Sensei fue un visionario, proporcionando un lugar para que las mujeres estudiaran el judo en un momento en el que ni siquiera mostraban sus piernas. Su temprana muerte en 1938 dejó a las estudiantes de judo a merced de un Kodokan anticuado y sexista durante varias décadas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Fukuda enfrentó las calles bombardeadas de Tokio, y aun así, viajaba todos los días para enseñar su querida disciplina. Sensei Kano pidió a sus estudiantes que viajaran por el mundo para enseñar judo, y Fukuda fue la única que lo hizo. Fukuda se comprometió con el judo para siempre.

Después de la guerra, Fukuda Sensei fue invitada a los EE.UU. para enseñar judo. Esto abrió un mundo nuevo para ella, ya que ella enseñó a mujeres con un nivel de habilidad sin igual en el mundo occidental. Se trasladó a los EE.UU. para enseñar judo en los años 50 y, desde 1966, se estableció en San Francisco, donde fundó su escuela femenina Soko Joshi Judo Club. Su instalación en San Francisco coincidió con en el apogeo del Movimiento de Liberación de las Mujeres y se hizo amiga íntima de una de sus alumnas, la Dra. Shelley Fernández, entonces presidenta de NOW (Organización Nacional de Mujeres).

Los rangos de cinturón para las mujeres eran muy anticuados y sexistas. No había nada por encima del quinto grado para las mujeres. Por este motivo, Keiko estuvo durante treinta años sin poder subir de grado, hasta que su amiga, la Dra. Fernández, tomó como causa el ir contra la desigualdad de género en judo y solicitó que el Kodokan otorgará a Fukuda Sensei el 6.° dan, siendo la primera mujer en obtener este grado. Fue galardonada con el 9.º por la Federación de Judo de EE.UU. debido a su contribución permanente a la técnica, y en 2011, a la edad de noventa y ocho años, Fukuda Sensei recibió el rango de 10.° dan. Este es el grado más alto en judo, habiéndolo conseguido en toda su historia tan solo treinta y seis hombres, siendo Keiko Fukuda la única mujer en obtenerlo. De esta manera, se convirtió en uno de los cuatro maestros con vida en ese momento en ostentar ese honor, y la mujer mejor clasificada en la historia del judo.

Toda su vida la dedicó al judo, renunciando incluso al matrimonio para dedicarse por completo a este. Lo estudió durante setenta y siete años, y viajó por los cuatro continentes enseñándolo.

Publicó dos libros: en 1973, uno sobre los katas Kodokan para las mujeres, que es un manual de instrucción para acercar a las mujeres al aprendizaje del kata; y en 2004, otro sobre Kodakan llamado Ju-No-Kata, una guía ilustrada para la realización de Ju-no-kata. Además en 1974, estableció el campamento anual Joshi Judo, para impartir judo femenino.

Fukuda sirvió también como asesora técnica de EE.UU. y desempeño el cargo de Juez Nacional de Kata. Se le premió en la Asociación Japonesa Americana del Norte de California por preservar y perpetuar la cultura japonesa en Estados Unidos.

Continuó enseñando tres veces por semana, promoviendo los campeonatos internacionales de Fukuda Kata y enseñando en el Campamento Joshi Judo anual hasta su fallecimiento en su casa, el 9 de febrero de 2013, a sus noventa y nueve años, poco después de enseñar en su dojo, siendo ya una leyenda del arte marcial y la última discípula directa del fundador del judo.

Aportaciones al Judo

Con 1,47 cm y 45 kg, dominó en todas las katas, a destacar: el uso de la fuerza (Chikara-No-Oyo) sirviéndose de la fuerza del adversario; el empleo del desequilibrio (Kuzushi) proyectando a un adversario más potente, porque desequilibrado pierde la posibilidad de servirse de su potencia; con práctica libre (Randori), sin aprensión a caer, con el cuerpo y el

espíritu completamente relajados; sin olvidar que la competición (Shiai) es un medio de mejorar el judo y no un fin.

Su lema personal, «Sé fuerte, gentil y bella en mente, cuerpo y espíritu» («Tsuyoku, Yasashiku, Utsukushiku») le acompañó al desarrollar su propio centro, espíritu y proyecto de vida.

Ella explica: «En el judo, necesitas la fuerza del cuerpo, la mente y el alma. No me refiero a la belleza en el sentido externo. Un alma compasiva es belleza interior. Creo que esta es la verdadera belleza. La gentileza se deriva del carácter japonés «ju», que significa flexibilidad, suavidad».

En resumen, Keiko Fukuda fue un ejemplo de superación y constancia, fue la primera y única mujer con 10.º dan de judo. Rompió las barreras del machismo en el judo japonés y formó durante su vida a gran cantidad de mujeres en judo; muchas de ellas han sido campeonas olímpicas y siguen los pasos de Fukuda en la enseñanza del judo.

Keiko Fukuda forma parte de las leyendas del judo japonés. Sus méritos son incomparables en cuanto a grados, nivel técnico, edad, y una vida entera dedicada al judo. Es además una de las mujeres a nivel mundial con mayor prestigio dentro de todas las artes marciales. Fue pionera en el judo y, durante su vida, logró superar todas las barreras y leyes absurdas que no permitían a las mujeres tener la misma formación marcial que los hombres.

Bibliografía:

A Banner Year for a Judo Pioneer

https://dogym.es/keiko-fukuda-la-dama-del-judo/

http://judoribera.blogspot.com.es/2014/03/be-strong-be-gentle-be-beautiful-work_9.html

http://maestros-marciales.blogspot.com.es/2012/01/datos-de-keiko-fukuda.html

https://sites.google.com/site/judofamiliar/-vii-judocas-ilustres/miembros-kodokan/keiko-fukuda-1913