Martina Castells Ballespí, nacida en Lleida en 1852, fue una mujer adelantada a su tiempo, que tuvo que superar muchos obstáculos por el hecho de ser mujer. La revolución de 1868 le abrió las puertas de la Facultad de Medicina de Barcelona, aunque tuvo que esperar un año para que la autorizaran a realizar el examen de licenciatura, convirtiéndose en la segunda mujer médica en España.
Martina Castells Ballespí, la primera doctora en Medicina en España
Martina Castells y Ballespí, nacida en Lleida el 23 de julio de 1852, fue una mujer adelantada a su tiempo, que tuvo que superar un mundo de obstáculos. Aunque a lo largo de la historia las mujeres han sido sanadoras (médicas, matronas, farmacólogas), no se les facilitaba el camino hacia estas disciplinas. Martina pertenecía a una familia de médicos leridanos ya en su cuarta generación. Aun así, la realización de los estudios no le resultó fácil, tanto por su salud como por el hecho de ser mujer.
La revolución de 1868 comportó un cambio en la vida de Martina, ya que el nuevo Gobierno permitió que las mujeres estudiasen carreras científicas. Martina reemprendió entonces los estudios que había abandonado a los ocho años, acabó el bachillerato y se matriculó en la Facultad de Medicina de Barcelona, donde coincidió con dos mujeres más: María Elena Maseras y Dolors Aleu. Terminó la carrera en cuatro cursos y se licenció en 1881. Antes de terminar, ya había comenzado las gestiones con Madrid para no sufrir demoras en la obtención del título. Escribió una instancia al ministro de Fomento, encargado de los asuntos de instrucción pública, en la cual calificaba la negativa a que las mujeres hicieran el examen de licenciatura de «situación anómala e ilegal, fruto de la ignorancia y la superstición».
Una vez terminados los estudios, junto con Dolors Aleu, no obtuvo el permiso para realizar el examen de licenciatura de Medicina hasta un año más tarde, siendo la segunda mujer médico del país.
Ese mismo año se doctoró con la tesis «Educación física, intelectual y moral que debe darse a la mujer para que contribuya en grado máximo a la perfección y la dicha de la Humanidad», en Madrid, teniendo como padrino de tesis al doctor Josep de Letamendi. La tesis, según los diarios de la época, reivindicaba la educación de la mujer, la evolución de la representación de la mujer para la historia, y la felicidad de la mujer y la colectiva de la humanidad.
Superados los ejercicios del doctorado, el tribunal decidió suprimir el acto protocolario de abrazar a la doctorada por el hecho de ser mujer. Letamendi escribe en la Ilustración de la mujer, que la joven doctora fue muy bien recibida por los jóvenes estudiantes, cosa que contrastaba con los presuntos redentores del país, el liberalismo de los cuales se tambaleaba ante una mujer que aspiraba a salir de la tríada cuna-cocina-labores.
Martina Castells se dedicó a la pediatría, aunque no por mucho tiempo, ya que murió con treinta y un años por culpa de unas complicaciones en su primera gestación.
Antes de morir, dejó varios artículos pediátricos, que se publicaron en Gaceta Médica, como; Procedencia del recto en el niño, Tratamiento de la compresión de la carótida, Reumatismo articular agudo de la infancia y Coqueluche.
Lleida recuerda a la doctora Martina Castells con un busto en la calle que lleva su nombre, mientras que Reus, la ciudad donde murió, le dedica un paseo.
Bibliografía
Martínez Ll. Metgesses de Catalunya. Barcelona: Pòrtic, 2004.
web Col·legi Oficial de Metges de Barcelona. Galeriametges.cat, (2015). Metges Catalans | Martina Castells i Ballespí.
http://www.galeriametges.cat/galeria-fitxa.php?icod=ELM [Consultado 19-05- 2015].
Referencias de fotografías:
El Globo, Madrid, 15 noviembre de 1883.
La I.lustració Catalana, núm. 104 del 15 febrer 1884.
© Col·legi Oficial de Metges de Barcelona. Darrera actualització: 15-06-2015
