Susan Brownell Anthony

Mujeres Geniales - Otras

Susan Brownell Anthony nació en 1820. Feminista y sufragista estadounidense, se educó en un ambiente de independencia y valores humanos. Reivindicó el derecho de voto para las mujeres y se sumó a la lucha contra la esclavitud. El paralelismo entre los esclavos sin derechos y la población femenina era evidente en la sociedad en que vivía. Murió con ochenta y seis años de edad y catorce años después, en 1920, fue aprobado el sufragio femenino.


 

Susan Brownell Anthony nació el 15 de febrero de 1820 en Adams, Massachusetts, y falleció el 13 de marzo de 1906 en Rochester. Feminista y sufragista estadounidense, reivindicó a mediados del siglo XIX el derecho de voto para las mujeres.

El movimiento feminista en Estados Unidos se consolidó rápidamente debido a las condiciones sociopolíticas y económicas propias de la sociedad americana.

Partiendo de un sistema político teóricamente democrático, el feminismo nació ligado a los movimientos protestantes de reforma religiosa que propugnaban una regeneración moral de la sociedad y el abolicionismo.

La importante participación femenina en movimientos humanitarios por la abolición de la esclavitud ayudó a la rápida concienciación de las mujeres. El paralelismo entre los esclavos sin derechos y las mujeres era evidente.

Las condiciones sociales y culturales en EE.UU. fueron especialmente favorables para la extensión de los movimientos femeninos. Las prácticas religiosas protestantes que promovían la lectura e interpretación individual de los textos sagrados favorecieron el acceso de las mujeres a niveles básicos de alfabetización, lo que provocó que el analfabetismo femenino estuviera prácticamente erradicado a principios del siglo XIX. A diferencia de Europa, desde mediados del siglo XIX nos encontramos con una amplia capa de mujeres educadas de clase media, que se convirtieron en el núcleo impulsor del primer feminismo.

Susan Anthony nació en el seno de una familia de cuáqueros. Su padre, Daniel Anthony, era un maestro que regentaba una empresa de manufacturas de algodón. Desde pequeña, Susan vivió y se educó en un ambiente de independencia, libertad y valores humanos.

A los seis años se trasladan a vivir a Battensville, en Nueva York, donde estudió en la escuela local, y más tarde, en el colegio que su padre había fundado y dirigía. Luego, completó sus estudios de Pedagogía. Al concluir su formación regresó a la casa familiar en Rochester y se dedicó a la enseñanza hasta los treinta años.

Su infancia estuvo marcada por el activismo político, lo que la llevó a participar en varias asociaciones. Se unió en 1848 al movimiento antialcohólico o «movimiento pro-temperancia».

En 1851 conoce a Elizabeth Cady Stanton, feminista que había dirigido la Convención de Séneca Falls, primer manifiesto del sufragismo estadounidense. Desde entonces, crearon un vínculo que las llevó a encabezar el feminismo norteamericano y la lucha por el sufragio femenino y los derechos civiles y sociales de las mujeres.

Ambas mujeres trabajaron incansablemente en campañas a favor del sufragio y de muchas otras libertades, con las que querían transformar la legislación laboral, la mentalidad y las costumbres discriminatorias de la sociedad de aquellos años. Desde 1854, Susan Anthony se sumó a la lucha contra la esclavitud. En 1863 fundó la Liga de Mujeres Leales, que promovía la liberación de esclavos en los Estados secesionistas del sur.

En 1868, las dos compañeras activistas, Susan y Elisabeth, comenzaron una nueva vía reivindicativa con la publicación de un semanario feminista, The Revolution. Durante dos años, este semanario fue el eje de cuestiones relacionadas con los derechos de las mujeres. Anthony se dedicó a la igualdad salarial y laboral de las obreras, y creó la Asociación de Mujeres Trabajadoras de Nueva York. En 1869, junto a Stanton, funda la Asociación Nacional pro Sufragio Femenino.

«Ahora que, como resultado de la lucha por la igualdad de oportunidades y debido al uso de maquinaria, se ha operado una gran revolución en el mundo de la economía, de manera que donde pueda acudir un hombre a ganarse un dólar honradamente también puede ir una mujer, no hay forma de rebatir la conclusión de que esta tiene que estar investida de igual poder para poderse proteger. Y ese poder es el voto, el símbolo de la libertad y de la igualdad, sin el cual ningún ciudadano puede estar seguro de conservar lo que posee y, por lo tanto, mucho menos de adquirir lo que no tiene» (Susan B. Anthony, La mujer quiere el pan, no el voto).

Al terminar la guerra siguió con sus discursos y charlas a favor de la población negra. La pareja Anthony-Stanton dirigió varias campañas contra las leyes del Estado de Nueva York, que discriminaban a las mujeres.

Exigieron, en 1872, que las mujeres tuvieran los mismos derechos civiles y políticos que habían concedido a los hombres negros. En las elecciones de ese año, Anthony encabezó una manifestación para poder ejercer el derecho al voto. Fue detenida dos semanas después por violar las leyes federales, y finalmente fue condenada a pagar una multa. Esta detención supuso una gran popularidad, que aprovechó al máximo; viajó por todo el país dando a conocer sus proyectos y reivindicaciones.

En 1883 Susan B. Anthony se traslada a Europa, para conocer las organizaciones feministas de Francia e Inglaterra. Cinco años después, cuando la celebración en Washington del aniversario de la Convención de Séneca Falls, se estableció el Consejo Internacional de Mujeres, conformado por grupos feministas de 48 países de todo el mundo.

Susan ocupó otros cargos dentro de los movimientos sufragistas. En 1890 fue elegida presidenta de la Asociación Nacional Americana pro Sufragio Femenino, cargo que desempeñó hasta la edad de ochenta años. Nunca dejó de extender el mensaje del sufragismo y la igualdad de derechos.

En 1899 se propuso la creación, dentro del Consejo Internacional, de una organización separada que trabajara de forma específica por el sufragio para presionar más directamente a los Gobiernos. Tras muchos esfuerzos, Anthony participó en la creación de la Alianza Internacional pro Sufragio Femenino durante el congreso del Consejo celebrado en Berlín en 1904.

La organización y administración del movimiento fue la labor de Anthony, mientras que Stanton se encargaba de escribir la mayor parte de las propuestas de la Asociación Nacional pro Sufragio. Junto a Stanton y Mathilda J. Gage, compiló y publicó la Historia del sufragio femenino, cuatro volúmenes que vieron la luz entre 1881 y 1902. También, junto a sufragistas cristianas que buscaban las bases religiosas de la subordinación femenina, trabajó en la edición de la llamada Biblia de las mujeres, una recopilación comentada de los pasajes de la Biblia en que aparecen mujeres.

Susan murió en Rochester (Nueva York) el 13 de marzo de 1906, con ochenta y seis años de edad, aquejada de una enfermedad del corazón y neumonía. Catorce años después, en 1920, fue aprobado el sufragio femenino.

Bibliografía

Biografías y vidas. La enciclopedia biográfica en línea.

Buscabiografias

Mujeres en la Historia. Sandra Ferrer

http://clio.rediris.es/udidactica/sufragismo2/inicfemusa.html